Wednesday, December 14, 2005

capitulo IV: El hábito hace al monje



Ezequiel se levantó puso la pava, abrió la ducha y se baño dormido, como hacia siempre. La ropa estaba planchada del día anterior en la silla lista para ser puesta sin tener que meditarlo demasiado (para eso había estado la noche anterior combinando la corbata con los zapatos).
Preparó el mate y se dispuso a hacer la cama. Todos los días hacia la cama, era una de las acciones que le habían quedado de María
- ¿Qué te cuesta hacer la cama? En un lugar tan chico hace la diferencia visual a verlo todo ordenado o no. No te preocupes, ya la hice yo cuando llegué muerta de la oficina. No importa ahora.
María y Ezequiel se conocieron en la oficina. María era, sin lugar a dudas, una niña mujer especial. Niña porque solo tenia 22 y mujer por su porte. Se vestía de ejecutiva espléndida con pantalones y polleras de vestir y camisa en un puesto que no lo exigía. Su ropa demostraba lo que quería ser y lo que aspiraba. A lo primero que aspiró en la oficina era al jefe. El morocho de risa con ollitos trajeado. Ese pelo siempre revuelto y los lentes de persona importante, todo un hombre de 27.
María, una niña de padres "bien" cuando consiguió el primer trabajo gracias al amigo de pá se gastó el limite de la tarjeta de Má en camisas de escotes importantes y polleras con pequeños tajitos en los costados que sólo se notaban cuando se sentaba de piernas cruzadas.
Gastó una fortuna en perfumes de los mejores de señora más grande ¿Cómo sino, una de 22 iba a conquistar a un señor de 27?.
Ella estaba decidida a enamorar al morocho en jefe. No podía ser menos para ella, tan inteligente, que no iba a parar hasta el country en Pilar, qué mejor que un gerente de una la agencia de viajes lider. Encima gerente de viajes, los mejores hoteles, las mejores plazas en los lugares más paradisiacos del plantea. Definitivamente era el candidato ideal.
María idealizaba a Ezequiel, siempre se sintió cuidada por él, muy bien tratada y por sobre todo embelesada con su ternura natural, era uno de esos hombres descuidados que piden a gritos una mujer que los encarrile.
Ezequiel registró a la nueva empleada en especial cuando los compañeros apostaban quién se la ganaba. Ella entraba al despacho del boss, dejaba las carpetas en la mesa y, sugerente, se veía el escote de la camisa, que camisas raras usaba esa chica, siempre se le desprendía un botón. También debería tener algún problema de ansiedad porque cuando se sentaba se cruzaba de piernas, esas piernas largas, y se mecía en la silla.
María no fumaba y usaba perfumes fuertes. Estaba linda la nena lástima que era la hija de un amigo de su padre y eso podía traer problemas. En general las mujeres traen problemas.
Llegó la fiesta de fin de año, burbujas van, burbujas vienen, la pequeña pasó la noche sacándose de encima a todos los pesados que la correteaban para pegarse a las espaldas de Ezequiel. Ella pidió un taxi a la salida y se fueron juntos a un hotel de puerto madero. Esa fue la primera noche de tres largos años. Hacia dos años su convivencia había terminado, pero hacer la cama le quedó grabado.

Tuesday, December 13, 2005

El y su pasado

Ezequiel se levantó puso la pava, abrió la ducha y se baño dormido, como hacia siempre. La ropa estaba planchada del día anterior en la silla lista para ser puesta sin tener que meditarlo demasiado (para eso había estado la noche anterior combinando la corbata con los zapatos).
Preparó el mate y se dispuso a hacer la cama. Todos los días hacia la cama, era una de las acciones que le habían quedado de María
- ¿Qué te cuesta hacer la cama? En un lugar tan chico hace la diferencia visual a verlo todo ordenado o no. No te preocupes, ya la hice yo cuando llegué muerta de la oficina. No importa ahora.
María y Ezequiel se conocieron en la oficina. María era, sin lugar a dudas, una niña mujer especial. Niña porque solo tenia 22 y mujer por su porte. Se vestía de ejecutiva espléndida con pantalones y polleras de vestir y camisa en un puesto que no lo exigía. Su ropa demostraba lo que quería ser y lo que aspiraba. A lo primero que aspiró en la oficina era al jefe. El morocho de risa con ollitos trajeado. Ese pelo siempre revuelto y los lentes de persona importante, todo un hombre de 27.
María, una niña de padres "bien" cuando consiguió el primer trabajo gracias al amigo de pá se gastó el limite de la tarjeta de Má en camisas de escotes importantes y polleras con pequeños tajitos en los costados que sólo se notaban cuando se sentaba de piernas cruzadas.
Gastó una fortuna en perfumes de los mejores de señora más grande ¿Cómo sino, una de 22 iba a conquistar a un señor de 27?.
Ella estaba decidida a enamorar al morocho en jefe. No podía ser menos para ella, tan inteligente, que no iba a parar hasta el country en Pilar, qué mejor que un gerente de una la agencia de viajes lider. Encima gerente de viajes, los mejores hoteles, las mejores plazas en los lugares más paradisiacos del plantea. Definitivamente era el candidato ideal.
María idealizaba a Ezequiel, siempre se sintió cuidada por él, muy bien tratada y por sobre todo embelesada con su ternura natural, era uno de esos hombres descuidados que piden a gritos una mujer que los encarrile.
Ezequiel registró a la nueva empleada en especial cuando los compañeros apostaban quién se la ganaba. Ella entraba al despacho del boss, dejaba las carpetas en la mesa y, sugerente, se veía el escote de la camisa, que camisas raras usaba esa chica, siempre se le desprendía un botón. También debería tener algún problema de ansiedad porque cuando se sentaba se cruzaba de piernas, esas piernas largas, y se mecía en la silla.
María no fumaba y usaba perfumes fuertes. Estaba linda la nena lástima que era la hija de un amigo de su padre y eso podía traer problemas. En general las mujeres traen problemas.
Llegó la fiesta de fin de año, burbujas van, burbujas vienen, la pequeña pasó la noche sacándose de encima a todos los pesados que la correteaban para pegarse a las espaldas de Ezequiel. Ella pidió un taxi a la salida y se fueron juntos a un hotel de puerto madero. Esa fue la primera noche de tres largos años. Hacia dos años su convivencia había terminado, pero hacer la cama le quedó grabado.

Tuesday, December 06, 2005

capitulo III: Kaia y su pasado

Kaia se levantó a las 9, puso su cafetera y prendió la compu en un acto reflejo matinal. Pasó al baño a lavarse los dientes y lavarse la cara. Se metió en internet y puso los diarios más importantes de Buenos Aires, de España y de Francia. Se sirvió una taza grande de café negro amargo y agarró los cigarrillos de la mesa de luz. Leyó los titulares, alguna que otra nota de su interés y abrió el messenger a ver si había alguien en línea y el mail.
Todos los días la misma rutina y la esperanza de que en el mail apareciera el aviso de aceptación de la beca en Francia, era la segunda vez que se presentaba y ya estaban en fecha de resoluciones. El ataque de irse a Paris le había agarrado después de conocer al francés Claude.
Cuando terminó la licenciatura con un promedio de 9.20 se presentó en una master en Alemania que le fue otorgado sin problemas. Después de todo el papelerio y los pasaportes y los documentos y los miles de sellos y colas de embajadas y cancillerías viajó con todas sus expectativas, sus miedos y sus recién estrenados 24 años en la misma mochila.
Allá se alojó en una pensión de estudiantes que incluía la beca y afinó su alemán después de tantos años de estudios en la Gohette
Al principio no fue fácil vivir tan lejos de casa, con amigos a kilómetros de distancia y un oceano de por medio. Aprendió a manejarse sola con la ayuda del resto de los estudiantes, algunos con más experiencia en esto de la independencia.
Llamaba por lo menos tres veces por semana a su casa y se calmaba escuchando las voces de los suyos. Por teléfono se enteró que su hermano iba a ser papá y lloró de la emoción y de la impotencia de no poderlo abrazar.
Siempre fue muy estudiosa y bastante sociable, a los pocos meses se había hecho de un grupo de estudios que a su vez la inició en las fiestas, las reuniones internacionales, la marihuana y los otros pensionados. Gracias a la universidad se rodeó de artistas europeos que más adelante le abrieron las puertas al mercado, la invitaron a exponer y a las presentaciones de los mas nuevos.
A casi un año iba habitualmente a las inauguraciones a las salas importantes y se hacia un nombre sin saberlo.
Llegaron las fiestas de fin de año, llegó el receso y volvió a festejar cerca del obelisco. Le dio el primer beso a su sobrina que tenia apenas días. Kaia se dio cuenta de algo terrible, se había acostumbrado a ser independiente, a fumar a destajo, a levantarse a cualquier hora y salir cualquier día de la semana. La casa que tanto extrañaba ahora se le hacia pesada. Volvió a Alemania a terminar su beca, esta vez con muchas más ganas de retomar su vida estudiantil.
Respiró el olor del pensionado cuando lo pisó, ese olor mezcla de productos de limpieza con mil desodorantes distintos, se arrulló con los ruidos de gente yendo y viniendo, se reencontró con sus compañeros de habitación, desarmó la mochila, abrió el dulce de leche y lo compartió con todos los presentes. En el salón principal se juntaron los de siempre y algunos más que empezaban sus respectivas clases. Ese año es el que llegó Claude a la pensión.
Claude era un típico francés castaño claro con ojos profundamente entre azul y gris dependiendo del clima, definitivamente los ojos más luminosos que ella haya visto.
Claude era muy divertido y carismático por lo que no le fue muy difícil hacer temblar a todo el pensionado femenino y algún que otro masculino también.
Kaia se convirtió en su compañera inseparable mezclado con la posición de hermanita menor que Claude le había asignado. Andaban por las fiestas electrónicas que Kaia recién descubría, se turnaban para cuidarse uno al otro en las borracheras y ella se encargaba de tareas de secretaria administrándole las citas, ocultándolo y cubriéndolo en sus mentiras con las diferentes damas mientras suspiraba y albergaba la esperanza de convertirse de una buena vez en la amante de Claude después de tanto esfuerzo.
8 meses mas tarde llegó ese momento. En una de esas tantas noches de preparación de finales popular se dieron un beso y dos y miles. Se pasaban de habitación todas las noches y compartían el resto del día juntos como siempre habían hecho mechándolo con abrazos. Juntos disfrutaban de rascas furiosas propias de una joven de 25 llena de hormonas que aprovecha el enorme placer del sexo varias veces al día en todas las posiciones posibles de manos de un experimentado.
Era maravilloso perderse en su mirada, no importaba no dormir casi nada por semanas, la adrenalina, los festejos de fin de curso, las reuniones, tenían otro resplandor cuando llegaba colgada de su brazo. Tal era la felicidad que no se puso a pensar que dos meses mas tarde debería volver a su Buenos Aires querido, que se terminaba su estadía europea y, lo peor, terminaba su romance francés.
¿Cómo iban a separarse? ¿Cómo podía volver a América dejando al amor de su vida ahí?
Hablaron de la separación muchas veces entre sollozos mutuos. Él le dijo que serian amigos por siempre, que estaría la puerta abierta en Francia cuando ella quisiera pasar a visitarlo. Si él hubiese sugerido que se fueran a vivir a París sin dudas lo hubiese seguido, si le hubiese pedido que dejara su vida pasada para quedarse con él y vivir de la cosecha de papas en Marte ella lo hubiese hecho, pero nunca sucedió.
Ella se quedó con la idea de volver a verlo, "la vida va y vuelve" se dijo, "el tiempo es relativo" se convenció, mientras se desangraba en llanto en la habitación cuando se cerró la puerta la ultima vez que lo vio.
Y así es que Kaia regresó a Buenos Aires y se presentó a la beca en Francia del año siguiente. Se siguieron escribiendo y mandando fotos espaciadas por mail, en especial después de las vacaciones. Vio las fotos de Claude haciendo parapente, Claude haciendo snowboard, Claude en Ibiza. Siempre se preguntó por qué nunca se le había ocurrido venirse de vacaciones a Latinoamérica, mas precisamente a Buenos aires, mas precisamente a Palermo, mas precisamente a su casa, con mas exactitud a su cama.
La beca a Francia no salió pero ella se presentó al año siguiente y ahora esperaba la resolución.

Monday, December 05, 2005

amigo con almohadones

Amigo con almohadones
Asi es, nosotras, las que no somos ni lindas ni feas, ni unas luces ni estupidas, ni chicha ni limonada, tenemos nuestros grandes inconvenientes.
Hay minas lindas, nacieron asi, sencillamente lindas. Hay otras que no, normales pero con un sex-appeal, un carisma, un no-se-que que las hace irresistibles. Despues venimos nosotras: las comunachas.
Nosotras somos las que andamos rodeadas de hombres, llenas de amigos varones, nos presentamos con cuatro o cinco caballeros en reuniones, nos llaman por telefono alrededor de tres tipos por dia, nos abrazan y besan a diario pero...de sexo ni hablar.
Estar en esos niveles nos transforma automaticamente amigos con almohadones.
Con nosotras hablaran de sexo guarangamente (por supuesto del que han tenido con otras) sin omitir el mas leve detalle repulsivo del relato. A nosotras nos presentara a sus amigos con la plena conviccion de no hacerlo quedar mal. Desde ya que los amigos por extension nos consideraran tambien amigos con almohadones y nos dejaran en esa categoria.
Dentro de las mujeres tenemos a las barbies, de las que no tienen un pelo de la ceja fuera de lugar, las uñas perfectamente pintadas, depiladas todo el año, nunca un cayo, jamas un juanete, desconocen el acne, abstemias, desprotegidas. Generalmenete entran en la categoria novia, ellas le preguntan a donde va, que hace, ellos hablan de como los joden.
Los machos camachos las cuidan, se quejan de los reproches, se creen tramposos, y ellas con dos copas se emborrachan y rien y ellos las llevan a sus casas y todo eso.
Primera diferencia. Con nosotras saben que pueden tomar toda la noche sin compromisos, hasta existe la posibilidad de la competencia a nivel etilico, no les romperermos los kinotos con preguntas de donde y cuando para demostrar que somos independientes aunque en realidad nos estemos comiendo los codos del odio por irse con los amigos.
Cuando hacen sus chistes internos suponiendo dejarnos afuera, obviamente nosotras reimos, condicion (la de no poder pasarnos cual poste caido) que nos juega en contra.
Tipo 2 de mujer: carismaticas, todos mueren por ellas y ellas no hacen mas que hacerlos sufrir, los ignoran, los usan, los histeriquean y ellos sufren y sufren.
Adivinen a donde vienen a llorar? A nosotras, que las envidiamos profundamente..que gran injusticia...
En caso, sucede, de uno de esos dias en que se enteran que esas dos maravillas delanteras existen , (el caso es ebriedad tal que "si lo que agarran es mujer, mejor"). Justo en el momento en que una ya no espera nada, como siempre, se da una suerte de cuando Harry conocio a Sally pero sin final feliz. Al otro dia ponen una distancia kilometrica, arrepentimiento brutal, beso en la mejilla y aqui no ha pasado nada. (hasta la proxima borrachera of course en que ya hay antecedentes).
Asi estoy, que tambien sueño con mis hijitos, la casita blanca y el perro, haciendo tiempo a que lleguen mis amigos con un tinto bajo el brazo para trasnochar como siempre, para reirnos bastante, para irme a dormir como ellos, como un amigo mas...pero con almohadones.

Tuesday, November 29, 2005

Capitulo II: percepciones

"Pobre piba" pensó Ezequiel después de ver como llegó la tan mentada Kaia y la tiraron sin piedad a la pileta vestida como estaba. Puso en la bandeja los pedazos de carne que ya estaban cocidos, la morcilla y los chorizos.
Miró a Kaia saliendo de la pileta "Hummmm que buen tujes... y que buena puteada". Ezequiel es un administrador de empresas arrepentido, de los que van a la oficina en moto, los que en un día mezclan almuerzos en puerto madero y más tarde hacen acrobacia en el centro cultural San Martín
A fuerza de escuchar a grandes filósofos como Schultz, Marley, Raul Portal y otros: hay dos tipos de mujeres a saber: las que se saben lindas, histéricas por naturaleza y las peores, las mosquitas muertas, las que te dejan que les mientas un poco y después cuando creíste que las tenías te clavan un puñal por la espalda. En síntesis, todas iguales, una perras.
Cortesía ante todo, pensó Ezequiel:
Feliz cumpleaños. ¿Querés un chori?
Ezequiel, atónito, vio como aceptaba esa inmensa cantidad de calorías e hidratos de carbono sin hacer escándalos. Agarró el chimichurri, una prueba crucial para la mujer moderna. Ella hizo señas de arcada demostrando su resaca.
Entonces del ajo ni hablar ¿No?


¡Pendejosdemierdalosvoyaarrancarlosorganosconunacucharitadepostreseradedios! Se sacó los pelos de los ojos y lo vio, un petiso morocho con color de negro vacaciones, lentes y fibra por todos lados. La saludó por su cumpleaños ese desconocido y tuvo el tupe de sonreírse, dentadura perfecta y dos ollitos a los costados. Uno de los del grupo "hombres para acompañar con papas noisette". Le ofreció con la bandeja una morcilla y un vacío que ella aceptó mientras se servia gaseosa light, no porque le gustara sino porque el tinto todavía daba vueltas en sangre y temía morir al instante si lo olía.
Gastañaga ¿Qué haces tomando coca light?
Se limitó a hacer una mueca simulando una arcada. Ezequiel, así el nombre del desconocido, con el chimichurri en la mano le dijo
- Entonces ni hablar del ajo ¿no?
Y volvió a sonreírse. Kaia no pudo sostener la mirada. Peligro, un nuevo tipo de hombre: ni de los que provocan risa ni de los que provocan descontrol hormonal. Kaia tuvo ganas de ponerse a llorar, de esconderse, algo le dio vergüenza, toda ella se dio vergüenza.
Ella no le sostuvo la mirada ni la bajó adrede. Peligro una mujer que no se sabia linda ni se la daba de mosquita muerta inocente y naif, encima le generó ganas de hacer un chiste. Sintió un escalofrío.

Pasó la tarde, asado, mate truco. Pileta, ping pong, sapo, mas mate, mas asado recalentado o frío, cerveza. Cerveza cerveza.
Ezequiel hizo demostración piruetas en el pasto y empezó a enseñarle a los presentes, incluyendo a Kaia que se negó sistemáticamente a la par que se prendía un cigarrillo cansándose de solo verlos haciendo fuerza. Kaia no hacia una vertical desde la primaria, Kaia tenia miedo de desnucarse en una medialuna.
¿Por qué no hablaban de música y libros? ¿Por qué no entraban en un terreno que ella conociera de memoria para estar tranquila? No, tenían que hacer acrobacia, algo de lo que ella decididamente estaba afuera y no solo por gusto sino por abierta ineptitud para los deportes y cuestiones netamente físicas.
Un hombre por demás atractivo, que la hacia tener ganas de llorar y encima sin darse cuenta la hacia sentirse un bicho bolita. Es decir acercarse a él era un abismo inabarcable.
Cuatro tragos mas tarde se olvidó su pequeñez y empezó a reírse de estupideces como siempre y a empastarse su lengua como a menudo.


El mate dio lugar a las acrobacias. Hubiese estado divertido que se prendiera, era un contacto físico directo, fácil y ella no aceptó. Seguro hacia la difícil, y le gustó el reto.
Y ella reía, se la escuchaba de fondo, era muy divertida la verdad, ese humor intelectual que tanto le gustaba pero que a él no le salía, era increíble ver con qué naturalidad hacia acotaciones impertinentes. Ezequiel solo participó dos veces en la conversación, humor negro, su preferido, pero he de decir que pensó mucho el gag, la espontaneidad no era su fuerte.
Llegó la hora en que decidieron irse, se repartieron en los autos que había por ubicación geográfica de los respectivos departamentos. ¡Maldición! El sujeto en cuestión vivía para el otro lado... la vida era así, y el destino implacable, al menos con ella.


Llegó la hora en que decidieron irse, se repartieron en los autos que había por ubicación geográfica de los respectivos departamentos. ¡Maldición! La pintora en cuestión vivía para el otro lado... la vida era así, y el destino impredecible, al menos con él.

Thursday, November 24, 2005

EL CUENTO DE UNA AMIGA

Bueno, este es un espacio para todo el chiflado que circule por ahi. Entre ellos una colrada, productora ella de lo mas importante, que esta trabajando en Bolivia y desde ahi, mando un cuento que voy a compartir con ustedes...


Hooolaaaaa señoriiiiiita" saludó.
Max aprieta la mano cuando saluda y sonríe generoso.
Las mesas de Eli´s se amontonan de manera poco confortable pero muy rentable.
Esta cafetería, fue fundada en 1942, por un matrimonio judío que se refugió en Bolivia, huyendo de los horrores de la guerra.
Es quizás, una historia de refugios.
Max, lleva un impecable guardapolvo azul, su pelo engominadísimo, está surcado por una perfecta raya al costado.
Max sonríe, siempre.
Trae la carta y permanece a mi lado, tal vez intuyendo la segura indecisión.
"Max, qué puedo comer?, hace frío "
-"Ahhh se va comer un buen sandwich calentiiiitoo, con una agüita no?"
Y si, Max ha desarrollado una extraña capacidad de adivinación. Quizás no sea el mejor sandwich, pero lleva como condimento un calor hechicero.
Max se acerca a otra mesa, donde también lo conocen, por eso opina:
" Ahhh, la madre de mis hijos vive en Argentina, pero hablamos siempre por teléfono. Ella allá tiene su familia y bueno, sus hijos, pero cuando viene acá, llega a mi casa. ¡Es la madre de mis hijos, qué va a hacer!" y agrega resignado, "uno no puede obligar a nadie a que le quiera, jajajajaj "
Sin duda, Max recibe a la gente con su afecto, tal vez, en cierta forma, porque sabe que así, sí lo van a querer.
Esas palabras ocultan la clave de un hombre refugiado, desde los 8 años, en ese lugar, que fue refugio para otros en 1942.
"Un cafeeeeeeeee negrooooooo", es para mí. Terminé mi sandwich, pero no puedo digerir sus palabras.
En realidad, hoy necesitaba ir a ese bar, para sentir que me iba a encontrar con alguien conocido, y con una sensación parecida al hogar.
El café si era rico, y su mano firme y su sonrisa
"Hasta luego señoriiitaaaa, se va a cuidar mucho eh?"
Gracias, pienso.

Wednesday, November 23, 2005

la fiesta de disfraces

4 deseos: capitulo Uno: Malditos treinta

Andrea apagó la luz, Carolina apareció de la cocina con la torta y dos velas 2 y 9. Todas al unísono y desafinado
- ¡Qué los cumplas feliz, queloscumplasfeliz, quelos cumplasqueloscumplasqueloscumplas feliiiiiiiiiz!
Alguien gritó
¡Pensá los tres deseos!
Kaia lo único que podía pensar era "29 ¡putas! Que cerca de los 30. No importa, es fácil Salud dinero y amor." Y sopló sin convicción.
Vaya. Mas o menos a los 18, cuando sus amigas empezaban a noviar y a dedicarle mucho menos tiempo a la vuelta al perro por el barrio y mucho más a rascar frenéticamente en las plazas, es que ella empezó a contemplar la idea de un joven con quien compartir algunas cotidianidades. Puff, ya son 11 cumpleaños sin festejar con el amor que no llega.
También lo pidió en cada estrella fugaz. Once fines de año sin besos de las doce en punto.
Les pidió a todas las novias que vio pasar con su flamante vestido blanco. 75 viajes en micro sin él. En cada pestaña caída ahí estaba el deseo. 168 fiestas sin su compañía. En cada tercer estornudo. 34 cumpleaños familiares sola. Tuvo la ilusión cada vez que perdió en un juego de azar. 1876 cafés sin compartir. Se tiró en todos los ramos de novia que pudo. 3728 películas sin comentar. Lo pidió en las procesiones a Luján. 6 sobrinos sin tío político.
Pasó la fiesta entre risas, bebidas, saludos, música alta y más bebida. A estas alturas sabía de memoria la regla de no mezclar cosa que olvidó después del decimocuarto brindis con cualquier copa que le ofrecieron. Así se acostó, borracha, y se entregó a los brazos de Morfeo, a falta de otros más interesantes.
En su departamento en San Telmo, barrio porteño si los hay, Ezequiel estaba mirando una película por cable por tercera vez y encima era de las malas, pero no tenia otra cosa que hacer y hacia calor. Se tomó una cervecita mientras tanto y a las tres en punto de la mañana se fue a dormir.
Se despertó a las 10, calentó la pava, se fue a bañar, se puso un short y una remera. Hizo la cama, tomó mate sin hacer ruido mientras preparaba un bolsito donde acomodó la malla, el protector solar y un postre que había preparado la noche anterior y salió de su casa.

Riiiiiiiing. Kaia despegó un ojo y vio sol por la ventana, debería ser temprano. Dejó el teléfono sonar, no podía ser nada importante, los amigos tenían el código de llamar y cortar y volver a llamar si querían ser atendidos y esta vez no volvió a sonar. Cerró el ojo y volvió a roncar hasta que se aburrió de dormir. Qué placer no poner el despertador y dejar que la naturaleza decida la hora.
Cuando se despertó por las dudas levantó los mensajes. Había uno que decía
Piiiiip - Estamos en lo de Roy comiendo un asado, cuando escuches llamá-
"Cierto, el asado" que manera de olvidarse. Se levantó y se preparó un café "ya es tarde para ir" se autojustificó. Sonó el teléfono otra vez y atendió
Loca, dale que recién vamos por el truco y la seguimos hasta la noche.
¿Cómo decir que no? "Un rato" se dijo mientras terminaba el café. Tomó el tren a Banfield (qué lejos ¡joder!) Y ahí estaban de gran risa en el parque de la casa todos los de siempre y alguno más.
Gastañaga ¡Qué cara! ¡Que los cumplas feliz que los cumplas feliz!
Le ofrecieron una tira de asado, esta vez con una sola vela y de las que se usan para los cortes de luz. Por lo menos no le recordaba la edad. Nuevamente los deseos (¡otra vez!). Todos brindaron, uno por uno.
- Feliz cumple pendeja
- Gracias papito
- Feliz cumple Gaztañoza
- Gracias Pérez
- Japi verdi tuyu
Siguieron las reglamentarias tiradas de oreja complementadas con un bautismo poco ortodoxo cuando la agarraron entre cuatro y la tiraron a la pileta sin previo aviso.
Con resaca, empapada vestida, la remera trasluciendo su corpiño push up (lo que natura non da, el relleno lo resuelve), la pintura corrida y con los pelos pegados en la cara salió de la pileta a puro improperio y lareputaquelosparioaustedesyalastresgeneracionesdeyeguasqueloshanparido! Una excelente forma de estrenar años.
Kaia se producía siempre con esa modernidad de ciudad porteña por pura costumbre, no se creía capaz de causar buenas impresiones a simple vista con su metro 50.
A la única persona que se esforzaba por impresionar era a su sobrina: Micaela la idolatraba. La tía tenia el teléfono línea directa con Papá Noel (una vez hablo directamente con él), tenia el móvil del ratón Pérez y les dejaba a los reyes magos tia Maria con chocolate, es más, ¡tenia una foto con las chicas superpoderosas y era amiga intima de Floricienta!
Lo cierto era que le fastidiaba que sus contemporáneos la admirasen. ¿No podían comprender que ser una pintora afamada no conducía a la felicidad? Tampoco las becas, ni las conferencias ni las exposiciones llenan el vacío de la soledad, esa que carcome en especial de noche. ¿Es que los mortales no entienden la diferencia entre la admiración y el deseo? Son dos cosas sumamente distintas y estaba harta de la adulación.
Su última obra, un cartel con luces de neón que decía LOOSER, fue tan festejado por todos que de tanto prenderlo y jugar con el cable, mágicamente el domingo se apagó.
17 margaritas deshojadas. 45 asados exclusivamente con amigos, 12 chapitas de cerveza en el collar, 73 fiestas de cumpleaños sin alguno de la mano. 7 tréboles de cuatro hojas, 17 peñas sin brindar con tinto.
A fuerza de leer a Grandes pensadoras como Maitena, Cristina Wargon, Isabel Amado y otras, Kaia llegó a la conclusión que existen dos tipo de hombres, a saber: los que te hacen reír y los que no se especializan en divertirte pero que te generan un impulso irrefrenable de hacer un rondeau flyfla y caer directamente al cuello del tipo.
Los ocurrentes te ofrecen un mundo nuevo de andar en carting, de inventar canciones y payar con la guitarra. Los otros, en cambio, logran con un guiño o un gesto cualquiera hacer sentir a la distancia el calor de la piel, el olor y la geografía de cada uno de los poros. Con estos últimos especímenes no importaba en lo mas mínimo aburrirse después, no tener temas de conversación o no entenderse.

Tuesday, November 22, 2005

Empezamos

Aqui, a mi diestra Carlos, el gran Charlo, que me embarca en estas cosas del ciberespacio. Como buena y obediente que soy, cierro los ojos y me encomiendo a San expedito para que me ilumine. Diantres, una bibliotecaria, dedicandose a estas cosas, creo que nunca llegare al paraiso BIblios.