Tuesday, January 17, 2006

Capitulo 7: mucha Honda

Ezequiel salió de sus clases de acrobacia y se fue al trabajo. Sus entrenamientos lo relajaban y eran lo único que se esforzaba por hacer. Tenia cierto culto por el cuerpo, drogas cero, quizá alguna vez marihuana con sus compañeros más cercanos de acrobacia.
Dentro del mundillo del turismo los vicios rondaban la cocaína, estupefaciente que Ezequiel nunca probó ni tuvo intenciones después de ver como estaban esos empresarios de ojos desorbitados con los que trataba. La mayoría tras algunos años tenían menos neuronas que una modelo después de la lobotomia.
El alcohol le gustaba bastante pero tomar solo no, y como el último tiempo no tenia demasiadas reuniones sociales tampoco empinaba el codo demasiado.
Cocinaba según sus gustos y prefería la comida natural así es le dio su amor por la cuisine, cuando tenia su huerta en la casa de Banfield con metros y metros de tierra.
Su verdadera pasión era la moto. La cuidaba mucho mas que a cualquier otra cosa y la quería mucho más que a cualquier persona. Ezequiel siempre fue muy bonito y las nenas en el primario le escribían cartitas y se proclamaban sus novias en los cumpleaños vecinales. En el secundario su timidez no lo ayudó, era de los que se sentaban adelante y trataban de pasar lo más desapercibido posible.
Digamos que no era muy popular, salía con sus amigotes y en los boliches ganaba porque sus amigos eran los graciosos y entradores, él solo miraba en silencio y las chicas se acercaban simplemente porque estaba bueno.
Cuando estaba solo se sentía plenamente incapaz de abordar a una joven, y solo estuvo con las chicas que lo supieron ir a buscar. Mientras tanto veía como sus compañeros de rodada no paraban de besuquearse con todas las que podían.
Cuando cumplió 18 le regalaron una moto, la primer XR 100 e hizo un gran descubrimiento, la moto ganaba chicas. No necesitaba hablar ni llamar la atención, la moto la llamaba por él y así es que se pavoneaba por las zonas céntricas del conurbano, especialmente en las esquinas que se llenaban de tarjeteros de boliches y chicas en busca de los "publicas", los mas solicitados.
El tiempo de las adolescentes con uniforme había pasado pero su amor incondicional con las motos no, y si toleraba su trabajo y apuntaba a ganar mas dinero era para una cosa solamente, tener su HONDA 750 impecable.