Sunday, February 10, 2008

descajoneo

Sigo refritando a lo Dexter, hija de Lobo.
Primero le respondo a Laurita: no solo existió la biblio-disco de ORT sino que existió el viaje de egresados de ORT (si, hice fiesta de egresados del trabajo) y también la fondiu du chocolat en el principado de Thorme, la fiesta sorpresa de cumpleaños (cumplia 25 como ahora) y digo que existió porque hay fotos que prometo subir en estos dias que ando retro.

No sólo eso sino que este texto que sigue a continuación es uno de los más viejos, data del 2000, ya pasaron ocho años y lo más triste es que se niega a caducar!

02- Amigo con almohadones
Así es, nosotras, las que no somos ni lindas ni feas, ni unas luces ni estúpidas, ni chicha ni limonada, tenemos nuestros grandes inconvenientes. Hay minas lindas, nacieron así, sencillamente lindas. Hay otras que no, normales pero con un sex-appeal, un carisma, un “no-se-que” que las hace irresistibles. Después venimos nosotras: las comunachas.
Nosotras somos las que andamos rodeadas de hombres, llenas de amigos varones, nos presentamos con cuatro o cinco caballeros en reuniones, nos llaman por teléfono alrededor de tres tipos por día, nos abrazan y besan a diario pero... de sexo ni hablar. Estar en esos niveles nos transforma automáticamente en amigos con almohadones.
Con nosotras hablaran de sexo guarangamente (por supuesto del que han tenido con otras) sin omitir el mas leve detalle repulsivo del relato. A nosotras nos presentará a sus amigos con la plena convicción de no hacerlo quedar mal. Desde ya que los amigos por extensión nos consideraran también amigos con almohadones y nos dejarán en esa categoría.
Dentro de las mujeres tenemos a las barbies, las que no tienen un pelo de la ceja fuera de lugar, las uñas perfectamente pintadas, depiladas todo el año, nunca un cayo, jamas un juanete, desconocen el acné, abstemias, desprotegidas. Generalmente entran en la categoría “novia”. Ellas le preguntan a dónde va, qué hace… Ellos hablan de como los joden. Los machos camachos las cuidan, se quejan de los reproches, se creen tramposos, y ellas con dos copas se emborrachan y ríen, y entonces ellos las llevan a sus casas y todo eso.
Primera diferencia. Con nosotras saben que pueden tomar toda la noche sin compromisos, hasta existe la posibilidad de la competencia a nivel etílico, no les romperemos los quinotos con preguntas de “dónde” y “cuándo” para demostrar que somos independientes, aunque en realidad nos estemos comiendo los codos del odio por irse con los amigos. Cuando hacen sus chistes internos suponiendo dejarnos afuera, obviamente nosotras reímos, condición (la de no poder pasarnos cual poste caído) que nos juega en contra.
Tipo 2 de mujer: carismáticas, todos mueren por ellas y ellas no hacen mas que hacerlos sufrir, los ignoran, los usan, los histeriquean y ellos sufren y sufren. ¿Adivinen a donde vienen a llorar?. A nosotras, que las envidiamos profundamente... ¡Qué gran injusticia!...
Justo en el momento en que una ya no espera nada, como siempre, se da una suerte de “Cuando Harry conocio a Sally” pero sin final feliz (en casos de ebriedad, en los que se puede aplicar la frase: “si lo que agarran es mujer, mejor”). Al otro día, ponen una distancia kilométrica, arrepentimiento brutal, beso en la mejilla y aquí no ha pasado nada. (hasta la próxima borrachera, of course, en que ya hay antecedentes). Así estoy, que también sueño con mis hijitos, la casita blanca y el perro, haciendo tiempo a que lleguen mis amigos con un tinto bajo el brazo para trasnochar como siempre, para reírnos bastante, para irme a dormir como ellos, como un amigo mas... pero con almohadones.