Wednesday, December 14, 2005

capitulo IV: El hábito hace al monje



Ezequiel se levantó puso la pava, abrió la ducha y se baño dormido, como hacia siempre. La ropa estaba planchada del día anterior en la silla lista para ser puesta sin tener que meditarlo demasiado (para eso había estado la noche anterior combinando la corbata con los zapatos).
Preparó el mate y se dispuso a hacer la cama. Todos los días hacia la cama, era una de las acciones que le habían quedado de María
- ¿Qué te cuesta hacer la cama? En un lugar tan chico hace la diferencia visual a verlo todo ordenado o no. No te preocupes, ya la hice yo cuando llegué muerta de la oficina. No importa ahora.
María y Ezequiel se conocieron en la oficina. María era, sin lugar a dudas, una niña mujer especial. Niña porque solo tenia 22 y mujer por su porte. Se vestía de ejecutiva espléndida con pantalones y polleras de vestir y camisa en un puesto que no lo exigía. Su ropa demostraba lo que quería ser y lo que aspiraba. A lo primero que aspiró en la oficina era al jefe. El morocho de risa con ollitos trajeado. Ese pelo siempre revuelto y los lentes de persona importante, todo un hombre de 27.
María, una niña de padres "bien" cuando consiguió el primer trabajo gracias al amigo de pá se gastó el limite de la tarjeta de Má en camisas de escotes importantes y polleras con pequeños tajitos en los costados que sólo se notaban cuando se sentaba de piernas cruzadas.
Gastó una fortuna en perfumes de los mejores de señora más grande ¿Cómo sino, una de 22 iba a conquistar a un señor de 27?.
Ella estaba decidida a enamorar al morocho en jefe. No podía ser menos para ella, tan inteligente, que no iba a parar hasta el country en Pilar, qué mejor que un gerente de una la agencia de viajes lider. Encima gerente de viajes, los mejores hoteles, las mejores plazas en los lugares más paradisiacos del plantea. Definitivamente era el candidato ideal.
María idealizaba a Ezequiel, siempre se sintió cuidada por él, muy bien tratada y por sobre todo embelesada con su ternura natural, era uno de esos hombres descuidados que piden a gritos una mujer que los encarrile.
Ezequiel registró a la nueva empleada en especial cuando los compañeros apostaban quién se la ganaba. Ella entraba al despacho del boss, dejaba las carpetas en la mesa y, sugerente, se veía el escote de la camisa, que camisas raras usaba esa chica, siempre se le desprendía un botón. También debería tener algún problema de ansiedad porque cuando se sentaba se cruzaba de piernas, esas piernas largas, y se mecía en la silla.
María no fumaba y usaba perfumes fuertes. Estaba linda la nena lástima que era la hija de un amigo de su padre y eso podía traer problemas. En general las mujeres traen problemas.
Llegó la fiesta de fin de año, burbujas van, burbujas vienen, la pequeña pasó la noche sacándose de encima a todos los pesados que la correteaban para pegarse a las espaldas de Ezequiel. Ella pidió un taxi a la salida y se fueron juntos a un hotel de puerto madero. Esa fue la primera noche de tres largos años. Hacia dos años su convivencia había terminado, pero hacer la cama le quedó grabado.

Tuesday, December 13, 2005

El y su pasado

Ezequiel se levantó puso la pava, abrió la ducha y se baño dormido, como hacia siempre. La ropa estaba planchada del día anterior en la silla lista para ser puesta sin tener que meditarlo demasiado (para eso había estado la noche anterior combinando la corbata con los zapatos).
Preparó el mate y se dispuso a hacer la cama. Todos los días hacia la cama, era una de las acciones que le habían quedado de María
- ¿Qué te cuesta hacer la cama? En un lugar tan chico hace la diferencia visual a verlo todo ordenado o no. No te preocupes, ya la hice yo cuando llegué muerta de la oficina. No importa ahora.
María y Ezequiel se conocieron en la oficina. María era, sin lugar a dudas, una niña mujer especial. Niña porque solo tenia 22 y mujer por su porte. Se vestía de ejecutiva espléndida con pantalones y polleras de vestir y camisa en un puesto que no lo exigía. Su ropa demostraba lo que quería ser y lo que aspiraba. A lo primero que aspiró en la oficina era al jefe. El morocho de risa con ollitos trajeado. Ese pelo siempre revuelto y los lentes de persona importante, todo un hombre de 27.
María, una niña de padres "bien" cuando consiguió el primer trabajo gracias al amigo de pá se gastó el limite de la tarjeta de Má en camisas de escotes importantes y polleras con pequeños tajitos en los costados que sólo se notaban cuando se sentaba de piernas cruzadas.
Gastó una fortuna en perfumes de los mejores de señora más grande ¿Cómo sino, una de 22 iba a conquistar a un señor de 27?.
Ella estaba decidida a enamorar al morocho en jefe. No podía ser menos para ella, tan inteligente, que no iba a parar hasta el country en Pilar, qué mejor que un gerente de una la agencia de viajes lider. Encima gerente de viajes, los mejores hoteles, las mejores plazas en los lugares más paradisiacos del plantea. Definitivamente era el candidato ideal.
María idealizaba a Ezequiel, siempre se sintió cuidada por él, muy bien tratada y por sobre todo embelesada con su ternura natural, era uno de esos hombres descuidados que piden a gritos una mujer que los encarrile.
Ezequiel registró a la nueva empleada en especial cuando los compañeros apostaban quién se la ganaba. Ella entraba al despacho del boss, dejaba las carpetas en la mesa y, sugerente, se veía el escote de la camisa, que camisas raras usaba esa chica, siempre se le desprendía un botón. También debería tener algún problema de ansiedad porque cuando se sentaba se cruzaba de piernas, esas piernas largas, y se mecía en la silla.
María no fumaba y usaba perfumes fuertes. Estaba linda la nena lástima que era la hija de un amigo de su padre y eso podía traer problemas. En general las mujeres traen problemas.
Llegó la fiesta de fin de año, burbujas van, burbujas vienen, la pequeña pasó la noche sacándose de encima a todos los pesados que la correteaban para pegarse a las espaldas de Ezequiel. Ella pidió un taxi a la salida y se fueron juntos a un hotel de puerto madero. Esa fue la primera noche de tres largos años. Hacia dos años su convivencia había terminado, pero hacer la cama le quedó grabado.

Tuesday, December 06, 2005

capitulo III: Kaia y su pasado

Kaia se levantó a las 9, puso su cafetera y prendió la compu en un acto reflejo matinal. Pasó al baño a lavarse los dientes y lavarse la cara. Se metió en internet y puso los diarios más importantes de Buenos Aires, de España y de Francia. Se sirvió una taza grande de café negro amargo y agarró los cigarrillos de la mesa de luz. Leyó los titulares, alguna que otra nota de su interés y abrió el messenger a ver si había alguien en línea y el mail.
Todos los días la misma rutina y la esperanza de que en el mail apareciera el aviso de aceptación de la beca en Francia, era la segunda vez que se presentaba y ya estaban en fecha de resoluciones. El ataque de irse a Paris le había agarrado después de conocer al francés Claude.
Cuando terminó la licenciatura con un promedio de 9.20 se presentó en una master en Alemania que le fue otorgado sin problemas. Después de todo el papelerio y los pasaportes y los documentos y los miles de sellos y colas de embajadas y cancillerías viajó con todas sus expectativas, sus miedos y sus recién estrenados 24 años en la misma mochila.
Allá se alojó en una pensión de estudiantes que incluía la beca y afinó su alemán después de tantos años de estudios en la Gohette
Al principio no fue fácil vivir tan lejos de casa, con amigos a kilómetros de distancia y un oceano de por medio. Aprendió a manejarse sola con la ayuda del resto de los estudiantes, algunos con más experiencia en esto de la independencia.
Llamaba por lo menos tres veces por semana a su casa y se calmaba escuchando las voces de los suyos. Por teléfono se enteró que su hermano iba a ser papá y lloró de la emoción y de la impotencia de no poderlo abrazar.
Siempre fue muy estudiosa y bastante sociable, a los pocos meses se había hecho de un grupo de estudios que a su vez la inició en las fiestas, las reuniones internacionales, la marihuana y los otros pensionados. Gracias a la universidad se rodeó de artistas europeos que más adelante le abrieron las puertas al mercado, la invitaron a exponer y a las presentaciones de los mas nuevos.
A casi un año iba habitualmente a las inauguraciones a las salas importantes y se hacia un nombre sin saberlo.
Llegaron las fiestas de fin de año, llegó el receso y volvió a festejar cerca del obelisco. Le dio el primer beso a su sobrina que tenia apenas días. Kaia se dio cuenta de algo terrible, se había acostumbrado a ser independiente, a fumar a destajo, a levantarse a cualquier hora y salir cualquier día de la semana. La casa que tanto extrañaba ahora se le hacia pesada. Volvió a Alemania a terminar su beca, esta vez con muchas más ganas de retomar su vida estudiantil.
Respiró el olor del pensionado cuando lo pisó, ese olor mezcla de productos de limpieza con mil desodorantes distintos, se arrulló con los ruidos de gente yendo y viniendo, se reencontró con sus compañeros de habitación, desarmó la mochila, abrió el dulce de leche y lo compartió con todos los presentes. En el salón principal se juntaron los de siempre y algunos más que empezaban sus respectivas clases. Ese año es el que llegó Claude a la pensión.
Claude era un típico francés castaño claro con ojos profundamente entre azul y gris dependiendo del clima, definitivamente los ojos más luminosos que ella haya visto.
Claude era muy divertido y carismático por lo que no le fue muy difícil hacer temblar a todo el pensionado femenino y algún que otro masculino también.
Kaia se convirtió en su compañera inseparable mezclado con la posición de hermanita menor que Claude le había asignado. Andaban por las fiestas electrónicas que Kaia recién descubría, se turnaban para cuidarse uno al otro en las borracheras y ella se encargaba de tareas de secretaria administrándole las citas, ocultándolo y cubriéndolo en sus mentiras con las diferentes damas mientras suspiraba y albergaba la esperanza de convertirse de una buena vez en la amante de Claude después de tanto esfuerzo.
8 meses mas tarde llegó ese momento. En una de esas tantas noches de preparación de finales popular se dieron un beso y dos y miles. Se pasaban de habitación todas las noches y compartían el resto del día juntos como siempre habían hecho mechándolo con abrazos. Juntos disfrutaban de rascas furiosas propias de una joven de 25 llena de hormonas que aprovecha el enorme placer del sexo varias veces al día en todas las posiciones posibles de manos de un experimentado.
Era maravilloso perderse en su mirada, no importaba no dormir casi nada por semanas, la adrenalina, los festejos de fin de curso, las reuniones, tenían otro resplandor cuando llegaba colgada de su brazo. Tal era la felicidad que no se puso a pensar que dos meses mas tarde debería volver a su Buenos Aires querido, que se terminaba su estadía europea y, lo peor, terminaba su romance francés.
¿Cómo iban a separarse? ¿Cómo podía volver a América dejando al amor de su vida ahí?
Hablaron de la separación muchas veces entre sollozos mutuos. Él le dijo que serian amigos por siempre, que estaría la puerta abierta en Francia cuando ella quisiera pasar a visitarlo. Si él hubiese sugerido que se fueran a vivir a París sin dudas lo hubiese seguido, si le hubiese pedido que dejara su vida pasada para quedarse con él y vivir de la cosecha de papas en Marte ella lo hubiese hecho, pero nunca sucedió.
Ella se quedó con la idea de volver a verlo, "la vida va y vuelve" se dijo, "el tiempo es relativo" se convenció, mientras se desangraba en llanto en la habitación cuando se cerró la puerta la ultima vez que lo vio.
Y así es que Kaia regresó a Buenos Aires y se presentó a la beca en Francia del año siguiente. Se siguieron escribiendo y mandando fotos espaciadas por mail, en especial después de las vacaciones. Vio las fotos de Claude haciendo parapente, Claude haciendo snowboard, Claude en Ibiza. Siempre se preguntó por qué nunca se le había ocurrido venirse de vacaciones a Latinoamérica, mas precisamente a Buenos aires, mas precisamente a Palermo, mas precisamente a su casa, con mas exactitud a su cama.
La beca a Francia no salió pero ella se presentó al año siguiente y ahora esperaba la resolución.

Monday, December 05, 2005

amigo con almohadones

Amigo con almohadones
Asi es, nosotras, las que no somos ni lindas ni feas, ni unas luces ni estupidas, ni chicha ni limonada, tenemos nuestros grandes inconvenientes.
Hay minas lindas, nacieron asi, sencillamente lindas. Hay otras que no, normales pero con un sex-appeal, un carisma, un no-se-que que las hace irresistibles. Despues venimos nosotras: las comunachas.
Nosotras somos las que andamos rodeadas de hombres, llenas de amigos varones, nos presentamos con cuatro o cinco caballeros en reuniones, nos llaman por telefono alrededor de tres tipos por dia, nos abrazan y besan a diario pero...de sexo ni hablar.
Estar en esos niveles nos transforma automaticamente amigos con almohadones.
Con nosotras hablaran de sexo guarangamente (por supuesto del que han tenido con otras) sin omitir el mas leve detalle repulsivo del relato. A nosotras nos presentara a sus amigos con la plena conviccion de no hacerlo quedar mal. Desde ya que los amigos por extension nos consideraran tambien amigos con almohadones y nos dejaran en esa categoria.
Dentro de las mujeres tenemos a las barbies, de las que no tienen un pelo de la ceja fuera de lugar, las uñas perfectamente pintadas, depiladas todo el año, nunca un cayo, jamas un juanete, desconocen el acne, abstemias, desprotegidas. Generalmenete entran en la categoria novia, ellas le preguntan a donde va, que hace, ellos hablan de como los joden.
Los machos camachos las cuidan, se quejan de los reproches, se creen tramposos, y ellas con dos copas se emborrachan y rien y ellos las llevan a sus casas y todo eso.
Primera diferencia. Con nosotras saben que pueden tomar toda la noche sin compromisos, hasta existe la posibilidad de la competencia a nivel etilico, no les romperermos los kinotos con preguntas de donde y cuando para demostrar que somos independientes aunque en realidad nos estemos comiendo los codos del odio por irse con los amigos.
Cuando hacen sus chistes internos suponiendo dejarnos afuera, obviamente nosotras reimos, condicion (la de no poder pasarnos cual poste caido) que nos juega en contra.
Tipo 2 de mujer: carismaticas, todos mueren por ellas y ellas no hacen mas que hacerlos sufrir, los ignoran, los usan, los histeriquean y ellos sufren y sufren.
Adivinen a donde vienen a llorar? A nosotras, que las envidiamos profundamente..que gran injusticia...
En caso, sucede, de uno de esos dias en que se enteran que esas dos maravillas delanteras existen , (el caso es ebriedad tal que "si lo que agarran es mujer, mejor"). Justo en el momento en que una ya no espera nada, como siempre, se da una suerte de cuando Harry conocio a Sally pero sin final feliz. Al otro dia ponen una distancia kilometrica, arrepentimiento brutal, beso en la mejilla y aqui no ha pasado nada. (hasta la proxima borrachera of course en que ya hay antecedentes).
Asi estoy, que tambien sueño con mis hijitos, la casita blanca y el perro, haciendo tiempo a que lleguen mis amigos con un tinto bajo el brazo para trasnochar como siempre, para reirnos bastante, para irme a dormir como ellos, como un amigo mas...pero con almohadones.