Saturday, March 17, 2007





AHHHH si te digo que eso es un manicomio, es un manicomio, con Eduardito a la cabeza, sino miren a Roy cómo quedó.
Y ni hablar de Alberto.

al diario





ya ni se como pasan los dias, pero aca estoy de nuevo con fotos de la vida misma, algo asi como la nada misma pero con mas onda.

Los javieres me sacaron apasear de nuevo a ver un show en el cafe concert de MOliere, era una

reunion del CHA, chicos, asi no em voya casar nunca, y convengamos qeu hacer comedia musical no ayuda en lo mas minimo, creo que vengo amsl aspectada, como dijo Marcelo el magnánimo.

EStas fotos demuestran lo que vengo adviertiendo, ese canal hace mal amigos! aca tenemos al director enardecido luegod e sus vacaciones, el Big Cape, despues a "7 segundos comiendo un helado por el cumpleaños del que esta a su lado, Mariano, que porta una botella de vino en sus manos para el festejo en su casa.

Novel

Nacho se fue dolido, sumamente dolido. Acostumbrado a no llorar por mandato familiar, aprendió a poner cara de enojado y salir del lugar dentro de lo posible haciendo ruido o bien tirando algo al piso como para sumarle dramatismo a la escena.
Ya lo había hecho cuando lo bocharon en un final, lo vivía haciendo cada vez que no le concedían los caprichos propios de un nene malcriado.
En su casa daba resultado, él se iba con cara de enojado y papá entraba y le dejaba comer los caramelos. Pero esta vez no fue así, no llegó corriendo Leo pidiéndole perdón y retractándose, no volvió a abrazarlo y besarlo como antes. Lo había largado, así, sin vuelta atrás.
Decidió caminar hasta la casa, necesitaba aire y necesitaba pensar que iba a ser de su vida de ese momento en adelante; qué iba a ser sin Leo, qué iba a hacer con la pintura y especialmente que iba a hacer en su condición de homosexual declarado.
Cuando Nacho llegó al Ph vio a Ezequiel durmiendo en el living. Le dio muchísima pena. Lo besó en la frente sin despertarlo y lo tapó con una manta. Se fue a su cama, iba a tener un día arduo por delante, en Banfield.

Ezequiel se levantó temprano, hizo sus habituales mates y se fijó arriba de la mesada, estaban las bolsas con las papas y los huevos para hacer las ensaladas de los domingos que nunca llegó a hacer, no tenia ni la más mínima gana a la noche y la verdad es que a la mañana tampoco estaba inspirado.
Se baño por mas tiempo del habitual, la cara estaba hinchada de tanto llorar por la noche. Seguramente tardaría casi una hora en levantar a los gritos a Nacho, en amenazarlo con irse solo, en insistirle que se apure, pero no fue así. Para su sorpresa Nacho estaba despierto con signos de no haber dormido la noche anterior. No opuso resistencia en ir temprano y hasta fue él quien apuró los mates de Ezequiel.
Ni siquiera se gastaron en pelearse esa mañana, ninguno de los dos estaba de humor para eso.
Buscaron la moto y viajaron lento, los dos querían el viento en la cara para pensar sus desventuras.
El domingo de Banfield se sintió pesado, triste. Ezequiel casi no hablaba, se notaba la ausencia de invitados bulliciosos como Kaia o amigos. Nacho era una sombra, mamá Marta mucho no participaba y todo el tiempo y espacio lo ocupaba la voz de papa Kunis hablando cosas intrascendentes para evitar el silencio.
Que Ezequiel no hablara no era raro pero que no cocinara lindaba con lo grave.
Mama Kunis, como toda madre, siempre estaba al tanto de todo y no entendía que capítulo se había perdido.
Pasó la tarde, empezó el partido y Papa Alberto e hijo mayor se ubicaron frente al televisor, Banfield – Los Andes, un clásico del sur.