Saturday, January 26, 2008



terraza de two brothers en plaza armenia con frances cs y el chila


y las pocas fotos actualizadas se deben a mis anginas con placas porque las divas tambien somos humanas, asi que se redujo la sociabilidad este fin de semana.
Ahi hay una chicha en bikini y todo, cerebro, en la balconeta. PArks, alias garfield (gato de los noventa) en casa.


No son chicas semidesnudas pero es pigatzu mostrando un seno, Emiliano aprovechando que als grdas estaban felices cuando trajo facturas y abajo los angeles de mattarucco.





Ok aqui un madagasi, sicese del nacido en Madagascar, es el que se parece a GAndhi. reunion multitudinaria en palermo el miercoles



y el jueves presentacion de la revista argentimes., nuevamente el madagasi (donde me enteré que no hay leones que hablan ni jirafas hipocondriacas)

y el balcon Raffaella la suiza, y su amiga alemana.



BAsta viejo, esto parece que es una joda, que mi vida solo es comer y beber conocer gringos y nocturnear, por dios, eso es solo una parte. SEgun Sposito deboi poner mas chicas semidesnudas, por él lo haría pero als chicas no están del todo de acuerdo y piden chicos semidesnudos asi qeu ire a por ambos pedidos pero mientras tanto, agarré el viejo pero muy viejo arcón del año pasado y anteriores asi que ire mechando con algun texto.
Ahi vamos




Deformación profesional

Por razones X este año he comenzado un montón de cursos, talleres y hasta carreras. Esto trae aparejado, indefectiblemente, un montón de “primeras clases”.
La primer clase es a la que uno llega temprano, sale con tiempo, prueba nuevos medios de locomoción, caminos y calles que desconocía al momento, líneas de subte y colectivo de las que no tenia idea.
Luego llega para comprobar al química del lugar, la química del docente (es decir si se va a morir del sopor en la primer semana o realmente va a ser atrapado por el docente).
También pone a prueba si escogió la actividad que buscaba pero especialmente es el ámbito donde uno conoce de golpe y porrazo a treinta personas y pude dar rienda suelta a las primeras impresiones totalmente prejuiciosas, comparar modelos preexistentes, sacar conclusiones apresuradas y, especialmente poner apodos.
El primer prejuicio lo podemos tener en cuanto vemos su disposición dentro de la sala. Los que se sientan en le fondo: kilomberos, los del costado: indiferentes, los de adelante: chupamedias, olfas y acotadores los del medio, son eso, del montón.
En caso de tener que sentarse en el piso, por ejemplo, encontramos en un circulo a alguno disonante, el que lo rompe en su perfección y se sienta más adelante o atrás, allí tendremos al rompe – reglas. Después están los que se sentaron en circulo aún sin que se les haya pedido sentarse en circulo, sencillamente porque vieron a tres alineados y siguieron a la corriente, así, sin más.
Pero la mejor parte sin lugar a dudas es la de los apodos: el alto, la linda, el gallego, la buena onda, el galán, el líder, la secretaria ejecutiva, la adolescente sabelotodo, la tía copada. Existen otras categorías, el “potus” personaje que no participa y que a duras penas reconocemos su existencia, la “Margot de Monte Grande”, esa es la mujer que viene producida a las clases, que llega pintada, que participa siempre, y ahora se agrega a esta lista “la divorciada” que, aún sin tener la más mínima idea de su estado civil, es la que está en un curso de baile árabe pero podría estar en tarjeteria española sin inconvenientes, es partícipe, si puede se trae amigas de iguales condiciones.
En medio de todo este menjunje uno sabe, también, que es objeto de los ojos ajenos y bastante consciente de tener la actitud de adolescente canchera, con muy pocas posibilidades de pasar a ser de la categoría de las lindas y muchas posibilidades de convertirme en la “Margot de Monte Grande”.