Monday, May 22, 2006

dester

Amigos, que locos estan algunos, bueno, Dios los ria y Artear los amontona a veces, otras veces es San telmo o.. en fin, de todas forman se apilonan y se rien y hablan fuerte por regla general...
LA cosa es que un blog lleva al otro, El Gran Charlo me atrajoa mi y yo arrastre a Dester, mas conocido como "el muchacho que habla con Monica".

Como veo que hay otras gentes que gustan de presentar e introducir a sus amistades con pomposos titulos (solo que hacen pantalla, los otros no valen tanto) me atrevo a empalagarme hablando de "mi amigo perosnal" Federico.

ES un padre de familia, salido del Nacional Buenos Aires, maldita cria donde todos se conocen con todos y toman gran parte de la vida civil porteña. Entre ellos, este sujeto.
La cosa es que tiene su pagina donde hace un despliegue de demencia digna de cualquier amgo de quien suscribe. Sin mas preambulos los invitoa su pagina y ustedes bien saben que uno ando por la vida recomendando apparruchadas por el solo hecho de ser un amigo no????

ukachaka.blogspot.com

pateando el closet

Lección dos: yiroteo.
El alumno Nacho había pasado satisfactoriamente la lección del phono bar, al menos para el docente Leo que se había tomado muy a pecho su rol de sacarlo del tupper hetero.
Ya había aprendido que le iban a decir, había aprendido algunos trucos y frases célebres. Ya estaba en hora de aprender los mensajes de la mirada en las calles adecuadas y los bares estratégicos de levante.
Leo resolvió llevar a su pequeño saltamontes a la avenida santa esperanza a tomar un café al mítico bar de la esquina, El Algarrobo.
Se sentaron a la mesa de la esquina con la ventana que daba a la calle para tener visual óptima, se pidieron un café.
Para Nacho ese bar siempre había sido un bar de lo más normal y nunca se fijó que estaba siempre lleno de hombres de todas las edades y casi nunca de mujeres. Tampoco se fijó en los hombres que siempre estaban en la esquina que creyó que eran tarjeteros aunque fuera un miércoles.
Miraron por la ventana el desfile de jóvenes que pasaban por la puerta, varias veces, ida y vuelta. En alguno de los casos miraban para adentro, sonreían, sonrisas que Leo correspondía en ocasiones.
Después del segundo café, se acercó un conocido, acercó una silla a la mesa de ellos y Leo se paró.
Bueno chiquitos, tengo que hacer un trámite así que pasen buenas noches. Nachito: te dejo en buena compañía, mañana me preparas una redacción tema: levante callejero. Besitossssssss

Leo Dejó dos billetes en la mesa y se retiró. Se vio pasar por la ventana a un veinteañero con remera ajustada y atrás suyo, haciendo muecas, a Leo que se puso a la par en la caminata y empezó a entablar una conversación que no se podía oír a través de la ventana. Dos minutos después, desaparecieron a la vista.
Nacho se quedó ahí, con un tipo que casi no conocía, sobreactuó un bostezo y pagó la cuenta, puso la excusa más estúpida que encontró, llamó un taxi y se fue a su casa.
El despertador sonó a las 7 de la mañana, fue ignorado, volvieron a hacer el amor y Ezequiel se fue a bañar. Ella se estiró en la cama y se abrazó a la almohada que todavía tenia el olor del dueño. Hacia mucho que no se sentía tan feliz. Esta vez esperó a que él saliera del baño para meterse ella, lavarse los dientes, cambiarse y acompañarlo con unos mates, se dejó llevar en moto a la casa (que quedaba de paso) y se despidieron con un sentido beso en la puerta del edificio.
Nacho se levantó con un humor patético. Le echo la culpa a que tenia que ir a trabajar, a que estaba nublado, a que hacia frío, a que el colectivo no llegaba más.
Pasó su guiada del día y se fue a una galería antes de pasar por el atellier a seguir con la escenografía. El humor no cambió. Se puso a pintar y todo le salió mal, los colores no eran lo que pensaba, la perspectiva esta mal, las texturas eran erróneas, hasta que se rindió y dejó todo, ese día nada podía salirle bien. Mientras lavaba los pinceles se dio cuenta que lo que le molestaba era Leo, se había desubicado dejándolo solo con un desconocido en un bar de levante, que descarado. Momento. En realidad no estaba mal eso, lo que estaba mal era que Leo se fuese con otro, que lo hubiese dejado.
Sintió algo que no había sentido jamás: celos.
Leo pasó la noche en el domicilio de un recién mayor de edad. Tres horas mas tarde estaba en la casa de vuelta, se baño y se fue a dormir. No había estado mal, pero ya estaba podrido de "mas de lo mismo", extrañaba las épocas cuando dormía abrazado, cuando no tenia la necesidad de salir de pesca por ahí. Quizá se estaba poniendo viejo, nunca había tenido ganas de "sentar cabeza" jamás pensó que podía aburrirse de pasear de cama en cama.
Esa mañana si fuese por él no saldría mas, a más de "una noche". Lo bueno era que estaba preparando concienzudamente a su discípulo de las pistas, luego él se retiraría. La vida teen ya no le causaba gracia, se estaba aburriendo.