Wednesday, July 25, 2007

era para ver si estabas atenta!

Para que veas que te amo...


Eze se subió a la moto, el aire en la cara le venia bien y ya iba asomando el sol, llegó a la casa y se encontró con Nacho armando un bolso.

Nacho estaba sacando su ropa del armario, Ezequiel entró y vio como el hermano salía de la habitación, mochila al hombro y bolso en mano.

- ¿A dónde te vas?
- A lo de Leo
- ¿Te mudás?
- Si, me voy.
- ¿Asi?
- Papá me echó de casa
- ¿Qué cagada te mandaste?
- Ninguna
- Dale nene, ¿Te zarpaste con la tarjeta? ¿Mataste un gringo?
- Me enamore de Leo
- ¿Estás en pedo?
- ¿Vos también vas a empezar con tu machismo estúpido?
- No es machismo estúpido. ¿Me quisiste decir que sos puto?
- Puto, gay, homosexual, recibo por popa, traga leche, morfón, masca nuca, traga sable, ponele todos los despectivos que quieras. Me enamoré de un hombre y punto. Y aparte preparate porque papá cree que vos sabias y que me cubriste todo este tiempo.
- ¿Qué iba a saber yo?
- Ya está. corré a decírselo no sea cosa que crea que "el privilegiado chonguito" lo traicione ocultando al "rarito" de la familia. Sos tan garca.
- ¿Yo tengo la culpa que vos estés enfermo?
- ¿Enfermo? Vos sos el enfermo. Me gustan los hombres, no es una enfermedad, ignorante.
- No es una enfermedad, es una desviación, una perversión nada más. Desde cuando te gustan los tipos, siempre te gustaron ¿Te calienta verme en calzones? ¿Te gusta que te hagan el orto? ¿Eso te gusta? ¿Usas tacos también?
- Yo no uso tacos, acá el pollerudo sos vos.
- Pero el marica sos vos
- A vos ¿En qué te jode? ¿Te rompe las pelotas que tome una decisión que me haga feliz? ¿Sabes qué, imbécil? La única vez que te vi feliz, realmente feliz fue al lado de Kaia y si no estás con ella es por cagón, por cagón total, por no enfrentar al viejo y decirle que te importa un bledo la agencia esa. Lo que realmente te jode es que yo pude encarar al viejo y vos no.


Ezequiel se paró y le pegó un derechazo en la cara que le dejó sangrando la nariz. Nacho cayó al piso, se limpió la sangre.

- Rajá de acá, no vuelvas a pisar esta casa porque la próxima te parto la mandíbula.
- Yo me voy, quedate solo, pero bien solo. A propósito, ya sé que Kaia se fue, si realmente no te importara hubieses ido al aeropuerto. Yo sí fui y ¿Sabés que me dijo? Que quería que seas papá, si no te lo dije antes era para no hacerte bosta, pero realmente veo que te lo mereces. Puedo decir que esa chica zafó de vos, se dio cuenta a tiempo que no tenía nada que proyectar con un tipo con tan pocos huevos como vos.
Yo me voy a hacer la mía, vos quedate acá y andá a llorarle a papi el domingo, forrazo, sos igual que él.

El Ph retumbó con el golpe de la puerta.




Kaia se tomó por costumbre pasar por la Rue La Pipetua, primero fue despacio para ver algo que demostrara que Claude andaba en zona, pero después de tres semanas calculó que no viviría ahí. De todas maneras, pensó, él no le había respondido el último mail que le anunciaba su llegada a Europa.
Ya era costumbre pasar por la Rue de la Pipetua donde, además, había descubierto una farmacia más barata y una verdulería muy interesante donde a diario hacia las compras. Pidió manzanas verdes y se fue comiendo una camino a su banco de plaza, ahora rebautizado como "el banco de la meditación".
Su banco estaba ocupado por una mujer que miraba a su niño jugar. Se sentó al lado y miro al chiquito, qué bonito.
El pequeño se acercó a la madre, se sentó a upa mientras ella le arreglaba la ropa. Kaia se había sentado al lado de la madre y contemplaba la escena sonriente, casi emocionada. El nene la miró y le habló en Francés.

- ¿Sabés que cumplí años?
- ¿Ah si? ¿Y qué te regalaron?
- Esta remera
- Qué linda, ¿Quién te la regaló?
- Mi abuelo
- Esta preciosa, ¿Cuántos años cumpliste?

Y el niño hizo le mostró con su pequeña mano cuatro dedos.

- Ya sos todo un señor, ¡Cuatro años es un montón!

La madre sonreía ante la conversación, hasta que señaló hacia adelante a un señor que se acercaba.

- ¡Papá!

Gritó el niño mientras se bajaba de las faldas de su madre y se colgaba de los brazos de su padre, que lo alzó a upa. Se acercó al banco, saludó a la señora con un pico (señora, que debería tener la misma edad que ella, dicho sea de paso). El hombre con el crío a upa se percató de esta otra mujer que estaba en el banco y en perfecto francés dijo:

- ¿Kaia?

Claude empalideció. Kaia quedó petrificada. ¿Papá? ¿Claude? ¿Cuatro años? Hizo cuentas mentales, la estadía en Alemania había sido tres años atrás. La cuenta no cerraba.

- ¿Qué hacés tanto tiempo?

Trató de decir en el tono más natural que pudo.

- ¿Vos que hacés acá?
- Una beca
- Que bueno...

Le explicó a la señora que se conocían de la beca de Alemania. Por la conversación era obvio que la señora sabía perfectamente de que beca estaban hablando. Ella se presentó, tuvieron una charla de cortesía, la invitaron a cenar, prometieron hablarse sabiendo que nunca lo harían y ella aceptó la invitación con la firme convicción de que no pisaría esa casa ni que la amenazaran de muerte.
Claude, su Claude, el amor de su vida era casado y tenia un hijo en Francia mientras revoleaba la chancleta en la pensión de estudiantes. ¿Podía haber caído en una mentira tan estúpida?