Tuesday, May 23, 2006

corresponsal exclusivo apra tiembla freud

Ayer vole en avioneta desde Santarem hacia Manaus y comprobe con mis ojos la inmensidad de la Amazonia, un espectaculo increible. Un regalo que no esperaba.

Aqui en manaus esta todo mucho mas tranquilo, diria que es la ciudad mas tranquila de Brasil, al menos que yo conozco.
Ah , mucho calor, 30 grados a la sombra, y... habra que tomar cerveza nomas para pasarlo mejor !!!

estoy parando en la oficina de greenpeace manaus donde hay cuartos pra dormir,
maniana pego el regreso a bs.as.

bueno, mas tranqui ahora les mando un relato de los hechos que escribi para la oficina de GP y para os periodistas.
nos vemos a la vuelta !!

her amazonico.



Defendiendo la Amazonia

El día anterior planeamos las acciones y preparamos todo el equipo para estar listos. Sabíamos que al otro día llegaba a Santarém un barco con soja producida tras la deforestación de selva amazónica para dejar su carga en el puerto ilegal que la multinacional norteamericana Cargill tiene aquí.

Greenpeace comprobó que muchas de sus haciendas proveedoras están implicadas en otras actividades ilegales, como robo de tierras y esclavitud. Sabíamos que iba a ser muy complicado detenerlos, pero teníamos que hacerlo.

Nos levantamos muy temprano y esperamos hasta que apareciera el barco. Una vez que divisamos al barco carguero, el Arctic Sunrise se dirigió a toda máquina hacia el puerto de Cargill. Logramos llegar antes que ellos y bloqueamos la posibilidad de descargar la soja amazónica. Rápidamente cuatro escaladores de nuestro equipo subieron por las torres del puerto para colocar un cartel gigante que gritaba "Fora Cargill Out".

Pero nos estaban esperando: varios empleados de la multinacional corrieron por los pasillos de la estructura portuaria y comenzaron a golpear fuertemente a dos de nuestros activistas, mientras que desde arriba un chorro de agua a presión impedía desplegar el cartel. Abajo dos activistas más intentaban amarrar nuestro barco al puerto y eran empujados al agua por el enfurecido personal de la empresa.

A los pocos minutos dos barcos remolcadores de Cargill comenzaban a chocar y a empujar fuertemente al Arctic Sunrise. Arriba del barco varios de nosotros ayudábamos con la logística y desplegábamos carteles denunciando la deforestación de la Amazonia por culpa de la expansión de la soja.

Pronto llega la Policía Federal Marítima y comienza a detener, con la ayuda de personal de la empresa, a varios de nuestros activistas. Pero también llegan varios barcos con unos 200 empleados de las haciendas proveedoras de Cargill que comienzan a insultarnos y agredirnos desde todos los rincones. Aquí en Santarém hay una campana muy fuerte contra Greenpeace de los estancieros que le venden a Cargill, más conocidos como los "sojeros".

En ese instante varios de los que estábamos todavía libres desplegamos un cartel enorme en el helipuerto del Arctic contra Cargill y nos sentamos a su alrededor sosteniéndolo. La tensión era muy grande: mientras los "sojeros" aumentaban su agresión y nos disparaban con pirotecnia (un fotógrafo recibió un disparo de cohete en un hombro), la policía se llebavan detenidos a punta de pistola a varios activistas y periodistas que estaban en los gomones.

Pero la situación se ponía peor porque ahora la que llegaba era la policía militar. Entonces el capitán del Arctic Sunrise, el argentino Waldemar Wichmann, ordenó que todo el mundo ingresara al barco para evitar incidentes mayores. Una vez adentro bajamos hasta el taller y bloqueamos todas las puertas. Afuera varios "sojeros" invadían el Arctic, destrozaban nuestros carteles y se robaban amarras y todo lo que había en la cubierta.

La tensión iba en aumento y se notaba en los rostros preocupados de la tripulación. Permanentemente escuchábamos la pirotecnia que los sojeros disparaban contra nuestro barco y los fuertes golpes que intentaban abrir las puertas para ingresar. En ese momento temíamos que los "sojeros" ingresaran al cuarto y nos agredieran.

Arriba, la gente que estaba en el cuarto de comando era desalojada luego de que la policía rompiera un vidrio y tirara adentro gases lacrimógenos. Abajo, nos preparabamos para recibir los gases con máscaras y trapos mojados con vinagre para poder respirar y resistir. Mientras, el capitán Waldemar y el coordinador de la campana en el Amazonas, Paulo Adario, se encadenaban al piso para evitar el desalojo del barco.

Después de treinta minutos que se hicieron eternos, la policía y los militares, tras romper varias puertas del barco buscándonos, entraban al taller fuertemente armados. Pero para su sorpresa se encontraban con todos los activistas sentados y formando un círculo. Recién allí se daban cuenta de que se trataba de una protesta pacífica.

Rápidamente la polcía utilizaba unas tenazas para cortar las cadenas de los activistas y ordenaba a todos que subieramos a cubierta. Allí nos esperban más policías y militares armados, pero por suerte los "sojeros" ya habían sido retirados del barco y sus alrededores. Entonces le ponen esposas al capitán y a varios de la tripulación y se los llevan presos. Varios de nosotros quedamos detenidos y custodiados por dos policías y tres militares en el barco, ya que la policía no contaba con suficiente espacio en la comisaría de Santarém.

Después de nueve horas liberan a nuestros companeros y regresan al Arctic Sunrise. Esa noche nos vamos a dormir muy cansados, pero satisfechos de haber logrado lo que veníamos a hacer: denunciar la deforestación de la Amazonia por la expansión del monocultivo de soja y detener las actividades en el puerto ilegal de Cargill.

Dos días después, en Santarém, eramos recibidos con aplausos y abrazos por unos mil pescadores, indígenas, campesinos, estudiantes y trabajadores rurales que se movilizaron en la "Marcha por la Floresta en Pie" delante del puerto de Cargill. La marcha fue en defensa de Greenpeace, pero también por sus propias reivindicaciones: contra el monocultivo de la soja y en defensa de la producción familiar. Y para nosotros fue el mejor cierre podíamos tener.


Hernán Giardini - Coordinador de la Campana de Biodiversidad de Greenpeace Argentina

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