Monday, February 04, 2008

revolviendo...

ES sabido que para los treinta me faltan... pero por una extraña causa hace unos años, cuando tenia 28 antes de mis 25 y encontré cada cosa que ¡Madre mia! Otra que Tiembla Freud... fue para el momento de donde nació el título y un montón de cosas más. Asi que, con el firme propósito de darles un buen punto final. lo subo aqui, lo que no quiere decir ni por asomo que sigo pensando igual...esa era mi otra yo, la del depto cosmopolitan enBarrio norte, lejos de la yo de San telmo, estudiante y mucho más jóven.

Ahi va: para guillermina, para Belen Mora y la troup de las productoras...


01- Pasaje a Hawaii

Muchachos, para ustedes que se quejan de nuestra ciclotimia, una vez mas, trataré de explicarles el porqué, las razones ocultas, un nuevo vericueto de la mente femenina.
Nosotras en la adolescencia escuchábamos hablar de la crisis de los treinta nunca prestamos atención porque faltaban como mil años para llegar a esa edad.
¿Qué es la crisis de los treinta? Una amiga me dijo sabiamente "es cuando sentís que el tiempo te corre.” Y es cierto, somos varias desquiciadas pensando en lo mismo, lo peor del caso es que no hace falta tener seis lustros para sentirla. Es como si a los treinta te hacen una raya en la agenda y todo se acabó, no hay vuelta atrás.
Pasamos revista a todo lo que hicimos y dejamos de hacer. El cuerpo ya empieza mostrar los estragos de cigarrillo y no podemos correr al bondi, las piernas se llenas de agujeritos y marquitas, las pechugas que tanto escote han sabido lucir descienden estrepitosamente, y cuando empezamos a contar el tiempo resulta que no hacemos gimnasia desde que dejamos el secundario: nos invitan a la fiesta del reencuentro de quinto nacional, porque cumplimos diez años de egresados. ¡Diez años! ¡una década!!! ¿A dónde se fue nuestra juventud que no nos enteramos!
La primer vez que nos dicen señora en el super nos asustamos, la segunda en el kiosco nos deprimimos, cuando una mina de nuestra edad le dice a su niño "deja pasar a la señora" nos llenamos de odio y la queremos estrangular hasta que a la quinta vez en la cola del pago fácil ni siquiera nos inmutamos, resignación que le dicen.
Señora. ¿Señora yo? Siempre las señoras fueron personas grandes. ¿Ya somos personas grandes?
Somos adultos ¿Cuándo fue que pasamos de un estado al otro? ¿Yo, que no puedo hacerme responsable de mi propio humor ya soy un adulto? ¿Cómo es que esa pequeña sobrina duerme plácidamente porque yo la cuido? Tan segura ella porque la tia es grande y sabe todo.
Panzas por aqui, panzas por alli, de mis amigas de mi edad, de las de toda la vida. ¿Eso no le pasaba a las amigas de mamá? ¿no era de tias? ¿Desde cuándo en mi generación? ¿Tia yo?
Y nada nos conforma. Ir a bailar aburre, cuando salimos son todos chiquitos, proliferan asados y salidas al cine, video y reuniones en las casas. ¿Dónde quedaron las reuniones los dias de semana, las estudiatas, las noches ejerciendo el alpedismo?
Los amigos se mudaron, trabajan temprano, uno esta hecho trizas después de 11 horas de laburo, los niños tienen que ir al colegio y tienen fiebre, otros tantos se fueron del país, dejaron las carreras o se recibieron.
Otros síntomas: escuchamos música moderna y nos atrae en lo mas mínimo y salimos disparadas a la pista cuando escuchamos ERASURE! Nos sentimos identificadas en la fiesta de los 90', ya hasta entramos en la categoría de fiesta temática del siglo pasado.
Crisis de los treinta. Las solteras quieren casarse, las casadas quieren hijos y las que tiene hijos quieren mandar todo al diablo para vivir su soltería.
A los treinta se te paso el tren si no enganchaste alguno, es tarde para hacer una exitosa carrera si no la empezaste, si no tuviste el primer hijo es tarde para hacer una familia numerosa. En síntesis, es tarde.
Lo cierto es que todas esas vocaciones frustradas salen a la luz y empezamos canto, baile árabe, idioma, yoga, gimnasio, guitarra, pintura, y todo lo que dejamos en el tintero a ver si los treinta nos agarran sin realizarnos y nosotras que no hicimos el intento.
Con mi amiga decidimos: a los treinta nos vamos a Hawaii, que un lugareño nos apantalle mientras nosotras lloramos y nos quejamos de todo, total no nos entiende el español, les ahorramos el sufrimiento a todos nuestros allegados, parejas, parientes y amigos. Por lo menos tres meses, podemos estirar el viaje a seis, tres meses antes del onomástico y tres después. Ya son varias las que adhirieron a la idea y estamos ahorrando.
Lo asumo, nos ponemos decididamente insoportables, es que a los treinta, queridos, la vida a nosotras se nos va. Y ustedes ríanse, total... ya les va a tocar los cuarenta y ahi, llegara nuestro turno de disfrutar jajajaja.

No comments: