Thursday, May 03, 2007

La ronda tipo rugbbiers en las escaleras de la puerta, esperando a alguno…
El arribo a la pizzería, caminando todos en fila y contándonos desordenadamente para construir la unión de mesas necesarias…
Las preguntas, las historias que decidimos compartir y también las charlas simultáneas en las que nos superponíamos e interrumpíamos…
Esas miradas atentas, entusiastas, amigables que nos daban coraje para continuar con nuestro descubrimiento…
Esas palabras que nos invitaban a hacer lo inimaginable, lo absurdamente lógico, a jugar y divertirnos sin restricción alguna…
Nuestra materialidad, haciendo uso de todos sus recursos, para dar libertad y expresión a nuestras emociones…
Esos aplausos que nos indicaban que estamos haciendo lo correcto: expresándonos, conociéndonos, creciendo…
Estos son mis recuerdos del taller.

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